martes, 14 de octubre de 2008

Dualidad

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Según Wikipedia se llama dualismo (del latín duo, dualis: dos, dual) a la doctrina que afirma la existencia de dos principios supremos, increados, contornos, independientes, irreductibles y antagónicos, uno del bien y otro del mal, por cuya acción se explica el origen y evolución del mundo. Dualidad según el diccionario de la Real Academia Española es Existencia de dos caracteres o fenómenos distintos en una misma persona o en un mismo estado de cosas.
Seguramente ya han visto la película de Jim Carrey “Irene, Yo, y mi otro yo”. En ella, Carrey protagoniza al hombre perfecto, que se transforma en un Depravado sexual. Con ironia y mucho humor Carrey se enfrenta a un serio problema de personalidad que no puede controlar.
Si nos remontamos a 1885, Robert Louis Stevenson seria quien pone sobre el papel, por primera vez una historia alegórica refiriéndose a la dualidad del ser humano, la historia: “El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde” 

El Dr Jekyll, el hombre que se transforma en un hombre.  

El Dr Jekyll propone que hay dos personas dentro de una, y descubre una formula científica que puede  Sacar a luz a el hombre “oculto” y separarlo de su verdadero yo. Así, una vez que ingiere el brebaje, el amable Dr Jekyll se transforma en el oscuro Mr Hyde. No por casualidad se le da el nombre de Mr Hyde, sino que Stevenson utiliza su ingenio jugando con las palabras, ya que “hide” en ingles es ocultar. De esa manera el Dr Jekyll logra sacar su lado oscuro, que vaga por las angostas calles de Londres, con su habitual neblina, haciendo de las suyas. Cuando Utterson, un amigo y abogado de Jekyll aparece en escena, el Dr defendía a Hyde, para él no presentaba ningún peligro. Hasta que el Dr Jekyll descubre horrorizado que Hyde, su lado oculto, había acecinado a un parlamentario. De repente, algo que parecía estar en control del Dr se le va de las manos, lo que él pensaba controlar, lo controla, y Mr Hyde se hace cada vez más fuerte. Hyde es el lado oscuro del  respetado Dr Jekyll. Hace lo que el amable Dr. nunca haría. El verdadero problema comienza cuando el Dr deja de beber la formula para transformarse en Mr Hyde sin éxitos. Mr Hyde se ha vuelto mas poderoso de lo que imaginaba y las transformaciones se producen igual, sin formula y sin consentimiento del Dr Jekyll.  

Lo que pensaba controlar lo controla. ¿Te suena familiar? Seguramente, esta fabula es una clara alegoría. Respetado por la sociedad, pero el Hyde, es decir lo oculto, toma posesión, y nos convertimos en hipócrita sociales. Buena gente en apariencia, pero por las noches prostituye menores, o inicia en la homosexualidad a chicos que no tienen ni la mas pálida idea de que hacer con sus vidas. Hipócritas sociales, gente que en apariencia lleva una vida respetable, pero por dentro están rabiosos y no saben como controlar su ira.

El monstruo que creíamos controlar, ahora nos controla. Al fin y al cabo nos convertimos en aquello que consentimos. Nuestros pensamientos dominantes se materializan y se hacen realidad. Nos vemos reflejados en el espejo, pero no somos los mismos, hemos alimentado al monstruo y ahora él está en control. Lo peor del caso es que el monstruo es nada mas ni nada menos que el lado oscuro y oculto de nosotros mismos. Hemos alimentado al monstruo, y el monstruo somos nosotros. 

Hemos alimentado nuestra codicia de tal manera que somos capaces de matar con tal de obtener lo que deseamos. Odiamos tanto que el odio se respira en todos los rincones de la ciudad, lo hemos alimentado y no nos hemos convertido en otras personas, nos convertimos en nosotros mismos. Nos convertimos en el lado siniestro de nosotros mismos.

Alimentamos nuestro espíritu con comida chatarra: violencia, mentiras, novelas donde el eje del guión es el engaño, noticieros amarillistas, programas que revuelven la basura de otros programas, escarbando en las miserias de la vida de los artistas, revelando sus propias miserias, el horario de protección al menor ya no existe, y dejamos que nuestros chicos coman junto con nosotros la bosta que la TV nos ofrece de menu. La TV vomita su bosta y nosotros nos alimentamos de su crónica diarrea. 
Después nos preguntamos como llegamos a convertirnos en lo que somos. 

 Es que nosotros mismos alimentamos este oscuro ser en nosotros.

¿Nunca te preguntaste porque un chico de 10 años actúa tan irreverentemente? Es que le hemos dado de comer basura y ellos sin saber diferenciar lo bueno de lo malo han comido, alimentando así su espíritu. Alguien por ahí tuvo la brillante idea de darle un celular a un chico de 10 años. Ahora todos quieren uno, y los padres para evitar la ira y frustración de sus hijos le compran uno, con camara, mp3 y donde se puedan mirar video en formato gp3. Celulares que los padres nunca controlan, porque si los controlaran sabrían que sus celulares están llenos de videos porno, que adquieren mirando las publicidades de la TV que ofrecen los videos más hot a cambio de un sms. 

De esa manera logramos espertar la sexualidad de un chico que tendría que estar jugando a la pelota. Después nos preguntamos asombrados como es que la nena de tan solo 14 años quedo embarazada. O como es que el hombre de negocios tan respetado violaba a su hija, o como es que el vecino que parece tan buena gente inicia en la homosexualidad a menos de edad.

Lo que mejor alimentamos finalmente toma posesión de nosotros convirtiendonos en angeles o demonios. Tampoco es demasiado tarde, pero la única manera de deshacernos del monstruo que hemos creado es matarlo de hambre.

Artículo publicado en la 4 Edición en 2008

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