lunes, 13 de octubre de 2008

La culpa es de los otros

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"Mis viejos son así, y por eso yo soy así" O, "no pase de año, mis profesores no saben enseñar bien". O "Mi ambiente ocasionó que yo tuviera estos pensamientos negativos". O “no se puede progresar con un gobierno así, todos una manga de chorros”. O “no me alcanza la plata porque mi patrón no me sube el sueldo” ahora como sonarían todas esas declaraciones si las citáramos de manera diferente, como por ejemplo: “yo soy así, porque elegí ser así”, “no pasé de año porque no estudie lo suficiente” tengo pensamientos negativos, porque no me preocupo por motivarme”, “no progreso, porque todavía no supe explotar mi talento, mi habilidad”, “no me alcanza la plata, porque no logro administrar bien mi dinero”.Es más fácil culpar a los otros que enfrentar mis errores y cambiar. Cuando una persona culpa a otros está esquivando el cambio. El clima cambia, las temporadas cambian, la tecnología cambia, nuestro cuerpo cambia, nuestra piel cambia.

Mirá tus manos por un minuto. Aunque no veas ninguna actividad, tu epidermis está trabajando laboriosamente. En la base de la epidermis se están desarrollando nuevas células.
Cuando las células estén formadas, ellas comenzarán a dirigirse hacia la superficie de tu epidermis. Este recorrido suele durar de dos semanas a un mes aproximadamente. A medida que las células nuevas continúen su movimiento en ascenso, las células más maduras mueren y llegan a la superficie de tu piel. La piel que vos ves en tus manos (y en el resto de tu cuerpo) es realmente una acumulación de células de la piel muertas. Estas células maduras son lo suficientemente fuertes para cubrir tu cuerpo y protegerlo. Pero ellas solamente permanecen en tu cuerpo durante un breve periodo de tiempo. Brevemente, se desprenden de tu cuerpo en forma de escamillas. Aunque no puedas ver este proceso, cada minuto del día perdemos aproximadamente de 30,000 a 40,000 células muertas de la superficie de nuestra piel.

Es por esta razón que los animales, los perros en particular, pueden olfatearnos a largas distancias, por las células muertas que desprendemos cada minuto. ¿Por qué evitar el cambio cuando todo en nuestro cuerpo cambia? No evites el cambio, no le tengas miedo al cambio.

Evitamos el cambio por dos razones: miedo a lo desconocido, y miedo a no saber las respuestas correctas. Culpar a otros es la perfecta excusa para no cambiar, y no tomar decisiones drásticas en nuestras vidas, decisiones que podrían romper por completo con nuestra rutinaria vida. No esperes que los otros cambien, cambia vos, ahora, no mañana. El mañana no existe, solo existe el ahora. 
El problema de no culpar a los demás y asumir nuestras propias culpas para cambiar, es que después de que asumas tus errores, la manera de encarar la vida va a ser diferente para vos. Y es por eso que muchos no quieren cambios, porque ya están acostumbrados a una forma. ¿Qué es una forma? Es una costumbre, una estructura mental, un pensamiento que no se puede alterar en sus elementos sin que pierda significado. Cuando una forma se descompone en sus partes, pierde su configuración y por lo tanto nos lleva a caminar por lo desconocido, cosa que habitualmente evadimos. 

Seamos honestos, la frase "debo hacer algo" resuelve más problemas que "hay que hacer algo”. Seguimos culpando a los que no hacen nada, pero nosotros tampoco movemos un pelo. 
Muchas veces proyectamos sobre otros lo que nosotros deberíamos hacer. ¿Qué quiere decir esto? Que queremos que otros se hagan cargo de lo que nos toca hacer a nosotros, para liberarnos de las responsabilidades que eso conlleva. 
Ahora con esto en mente deberíamos repensar nuestras costumbres. ¿Realmente la culpa es de los otros? ¿No deberíamos asumir nuestra posición? Decir que es por culpa de los políticos, o por culpa de nuestro jefe, o de nuestra familia no seamos personas felices, es desligarnos del hecho de que debo cambiar. A menos que seas un producto envasado, con fecha de vencimiento, cosa de dudo seriamente, culpar para no cambiar seria un excusa bastante debil.

Articulo publicado en la 2 Edición en 2007

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